viernes, 24 de agosto de 2012

El buitre leonado en tierras de Castilla

Marta Estebaranz
Seguimos hablando de nuestras carroñeras por excelencia, pero esta vez, pasamos al buitre leonado (Gyps fulvus), en recuperación en tierras de Castilla y León.
Su vuelo, homogéneo, casi carente de movimiento; y las grandes alturas a las que llegan a elevarse; hacen que se presenten como diminutos puntos en la lejanía. Poco a poco su figura se va aclarando. Siguen sin apenas moverse. Se distinguen sus plumas en los extremos de las alas y su enorme envergadura. El movimiento circular les permite ascender y descender como quien se deja llevar. Arriba, arriba. Cada vez más altura, más campo. Vuelven a hacerse diminutos. Quietos, siguen sin apenas moverse. 
¿Cuántos hay? Seguimos acercándonos y empezamos a distinguir con más claridad sus figuras. Ahora sus cabezas, al final de sus llamativos cuellos, comienzan a moverse. De izquierda a derecha. Observando. Buscando. Siete, nueve... ¿Cuántos hay? Más de los que pensábamos en un principio. Su vuelo circular les hace ser difíciles de enumerar. Cuando te das cuenta ya han pasado al otro lado, o has contado dos veces a un mismo ejemplar.
Más cerca. ¿Qué tamaño tienen? Casi son tan grandes como nosotros. Su envergadura es imponente. Algunos ejemplares se alejan del grupo, aletean al acercarse a los riscos y finalmente toman tierra entre los vértices de los acantilados. Allí hay más, pero no los habías visto. Como tampoco te habías dado cuenta de que a apenas 15 metros, silencioso, otro nos observa. Ha pasado de largo. Puedes ver su cuello girar para reconocer el terreno, sus alas haciendo un movimiento casi imperceptible y vuelve a alejarse y a ascender. Se reúne con sus compañeros.
Impresionan. Cada vez quieres verlos desde más cerca. Pero ellos no se dejan. Se muestran, más por verte que porque les veas. Y satisfecha la curiosidad, marchan. Hemos visto muchos ejemplares hoy. En vuelo, en sus nidos o ascendiendo impasibles en la inmesidad del cielo. Cada avistamiento ha sido diferente. Habrá que volver...

jueves, 9 de agosto de 2012

Avistamiento del buitre negro

El buitre negro (Aegypius monachus) es una especie de ave rapaz diurna de la familia Accipitridae. Se trata de uno de los pocos buitres que se pueden encontrar en Europa junto con el buitre leonado, el alimoche y el quebrantahuesos. No obstante, su principal distribución se encuentra en Asia occidental, desde Turquía y el Caúcaso hasta Manchuria.
Aegypius monachus

La envergadura media de esta especie es de 250 cm aunque hay individuos que han alcanzado los 3m, superando a la de otras rapaces como el buitre leonado y el águila imperial ibérica. Es la rapaz más grande de Europa y la segunda del mundo superada sólo por el cóndor de los Andes.

El buitre negro es un ave majestuosa, de alas largas y cola corta y redondeada. Realiza vuelos en círculo aprovechando la corrientes térmicas de aire caliente para coger altura y planear sin apenas batir las alas.

Se trata de una especie monógama y suele anidar en los árboles. La hembra pone un sólo huevo que la pareja incuba por turnos durante 55 días.

En cuanto a su alimentación, el buitre negro ha demostrado ser mas escrupuloso que el buitre leonado a la hora de comer carroña. Cuando se acerca al cadáver de un mamífero desgarra su piel con rapidez. Se alimenta casi exclusivamente de materia muscular, evitando las vísceras. En caso de tragar piel o pelos, lo expulsan más tarde en forma de egagrópila. Complementan su dieta con pequeños animales que capturan al vuelo como ardillas, conejos y lagomorfos.

Recientemente la Organización Seo/Bird Life, ha advertido del peligro en el que se encuentra el buitre negro en Comunidades como Castilla La Mancha, Castilla y León y Extremadura por el uso ilegal de cebos envenenados. Otra de las causas que amenaza a la especie es la alteración de su hábitat como consecuencia de diversos factores. El último censo realizado por la Organización en 2006 reveló la población ibérica del buitre negro que era de 1.845 parejas, la segunda más importante a escala mundial.

El Parque Nacional de Monfragüe ofrece una buena oportunidad para avistar al buitre negro en su hábitat natural donde convive con otras rapaces. Ecowildlife tiene prevista una expedición al parque extremeño con ocasión de la berrea del ciervo dónde el avistamiento de rapaces adquirirá también gran protagonismo.

jueves, 2 de agosto de 2012

Birdwatching inédito en tierras de altura

En el post del pasado martes ya os hablamos de Ladakh, una región inhóspita en el estado indio de Jammu y Cachemira delimitada por el Himalaya. Además de la espectacularidad de los paisajes y la cultura de miles de años de antiguedad, merece la pena dedicar un post a la gran riqueza ornitológica que presenta la zona.

Tadorna ferruginea
Recordamos que la fauna de Ladakh poseía muchos puntos en común con partes de Asia Central como en la Meseta del Tíbet y en zonas de montaña de Nepal. Sin embargo, con las aves no ocurre lo mismo. Muchas de ellas migran desde lugares cálidos de la India y pasan el verano el Ladakh. Para ser un area extremadamente árida, Ladakh posee una gran diversidad de aves habiéndose identificado un total de 225 especies.

Las grandes concentraciones de aves se encuentran generalmente en humedales de gran altitud como el de Tsomoriri en la meseta de Changthang y situado a 4.595 metros de altura. En este gran lago de aguas alcalinas es posible encontrar a la rara grulla de cuello negro (Grus nigricollis), una especie de la meseta tibetana evaluada como 'Vulnerable' en la Lista Roja de la UICN.

Jilgeros, tordos, colirojos y abubillas migran a Ladakh durante la epoca estival. La gaviota reidora de cabeza marrón (Choroicocephalus ridibundus) puede avistarse también en verano en los alrededores del río Indo y en algunas zonas de la meseta de Changthang. Además otras aves acuáticas como el pato tarro canelo (Tadorna ferruginea) y el ansar indio (Anser indicus) pueden verse por estos lugares.

Otras aves a destacar son la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), la gallina de nieve tibetana (Tetraogallus tibetanus) y la perdiz de chukar (Alectoris chukar). Entre las rapaces hay que mencionar el ágila real (Aquila chrysaetos), el buitre del Himalaya (Gyps himalayensis) y el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).

El avistamiento de aves con el paisaje lunar como telón de fondo es una experiencia única muy difícil de vivir en cualquier otro lugar del mundo. Ladakh te ofrece ésto y mucho más. Para más información visitar nuestra web.