Estos días de pasos birdwatching por la Serralada Litoral, he tenido este encuentro raro: El Mirlo Capiblanco (Turdus torquatus). De tamaño algo menor que el mirlo común, tiene una longitud de 24 cm.
En nuestra península, cría sólo en la alta montaña pirenaica y, mucho más escaso, en algunos puertos del sistema central. También hay un escasa población en el cantábrico donde habita páramos elevados; dentro de su territorio, suelen existir casi siempre resaltes rocosos o antiguas tapias medio destruidas.
Invernan muy numerosos en los pinares altos de las sierras de Cazorla y Segura, y también en otros macizos del este y sur; pero muy raras veces se les ve a estas alturas y tan cerca de la costa. Este ave, junto con su pareja que no fue posible fotografiar, volaban cerca de la fuente de Sant Mateu a escasos 400 metros de altura, cuando lo normal es que lo hagan a más de 1.700.
Otra cosa extraña es su presencia en este mes, ya que la época de cría es desde abril hasta junio, junto con su comportamiento daba la impresión de que estaban en cortejo y como he dicho crían en alturas superiores. Con frecuencia ponen dos nidadas. Normalmente consisten en 4 huevos, a veces 5, que son incubados durante 14 días. Los polluelos están en el nido otros 14 días.
El mirlo capiblanco se alimenta de gusanos, insectos y caracoles. En otoño e invierno come bayas y consumen muchas enebrinas, pero también rebusca entre la hojarasca lombrices y caracoles en letargo.
El mirlo capiblanco se alimenta de gusanos, insectos y caracoles. En otoño e invierno come bayas y consumen muchas enebrinas, pero también rebusca entre la hojarasca lombrices y caracoles en letargo.
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